Deconstruyendo la esencia urbana de Pinto

hace 2 semanas

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A la izquierda, Pinto de 1961 a 1967. A la derecha, Pinto en 2003. Fotografías cortesía de Grupo Egido.A la izquierda, Pinto de 1961 a 1967. A la derecha, Pinto en 2003. Fotografías cortesía de Grupo Egido.

Si la esencia de la ciudad son las personas, el cuerpo lo define el urbanismo, y los cambios que éste ha producido en la ciudad han sido mayormente positivos y no han afectado en lo esencial a su identidad histórica.

La fisonomía, ordenación urbana y poblamiento del Pinto que hoy conocemos son muy distintos al Pinto que existió durante siglos. Realidad, por lo demás, común a los demás pueblos y ciudades del área metropolitana de Madrid que se transformaron radicalmente de forma acelerada por efecto de avalancha de migrantes del campo y pequeños pueblos de toda España en busca de trabajo y mejores perspectivas de futuro. Proceso que eclosionó en la segunda mitad del siglo XX.

Pero también es cierto que Pinto, si no el mejor, es uno de los municipios de la corona metropolitana de Madrid que de forma más efectiva ha sabido mantener su identidad y su fisonomía al respetar, desde los primeros tiempos de su transformación, las determinaciones y exigencias de las normas urbanísticas dictadas desde la inclusión de nuestro municipio en el Área Metropolitana de Madrid, en 1963. Desde entonces y hasta la creación de la Comunidad Autónoma de Madrid en 1981, el organismo que rigió el urbanismo pinteño fue COPLACO (Comisión de Planeamiento del Área Metropolitana de Madrid), dependiente de la administración central del Estado.

José Enrique Castro, arquitecto técnico y consejero delegado del Grupo Egido, empresa responsable de casi la mitad de los inmuebles construidos en Pinto en los últimos cincuenta años, afirma que “la no masificación urbanística de Pinto y un mayor control del Planeamiento han hecho que siga siendo, urbanísticamente hablando, el municipio referente de la zona sur de Madrid”.

Los datos avalan la afirmación del consejero delegado de Egido. En solo treinta años, de 1950 a 1980, la población de Getafe se multiplicó por diez (pasó de 12.300 a 127.000 habitantes); la de Fuenlabrada aumentó 38 veces más (pasó de 2.067 a 78.000 personas); la de Parla creció porcentualmente aún más, hasta multiplicarse por 44 (pasó de 1.250 habitantes a 56.000); la de Móstoles se acrecentó la barbaridad de 72 veces más (pasó de 2.082 a 150.000 habitantes); y la de Alcorcón llegó al paroxismo de multiplicarse ¡por 185! (pasó de 759 a 141.000 habitantes)…. Por el contrario, la población de Pinto, que en 1950 tenía bastantes más habitantes que las localidades citadas, salvo Getafe, comparativamente tuvo un crecimiento muy moderado, multiplicando por cinco su población (pasó de 3.463 a 18.600 habitantes en 1980) manteniendo la excepcionalidad de no permitir construcciones de más de cuatro alturas.

Si la esencia de la ciudad (el alma) son las personas, el cuerpo lo define el urbanismo, y los cambios que éste ha producido en la ciudad, en el caso particular de Pinto, han sido mayormente positivos y no han afectado en lo esencial a su identidad histórica, algo que hace de nuestra ciudad un municipio diferente y con una fuerte personalidad.

 CONFERENCIA 'DE PUEBLO A CIUDAD' DE JOSÉ ENRIQUE CASTRO 

Texto de la conferencia emitida por José Enrique, arquitecto técnico y consejero delegado del Grupo Egido, el 9 de noviembre de 2023 en la Casa de la Cadena, en el marco de la celebración del Día Internacional del Urbanismo. 


Para poder hablar de cómo se ha desarrollado el urbanismo en nuestro municipio, debemos de decir cómo era Pinto en los años sesenta del siglo pasado, ya que no fue hasta 1967 cuando se inicó el primer Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Hasta esa fecha el crecimiento se realizaba con la parcelación de los terrenos cercanos a la población como fueron los barrios de la Calera, Calle Getafe o San Antón.

El Pinto de los sesenta

Pinto era un pueblo de unos 6.000 habitantes, bastante industrial comparado con los municipios colindantes, exceptuando Getafe. El resto de actividades económicas eran agricultura, servicios y pequeño comercio local.

Los edificios existentes tenían poco valor arquitectónico y mala calidad, exceptuando los pocos de nueva construcción y los históricos que, aunque tenían ese valor arquitectónico por su antigüedad, estaban en mal estado de conservación. Como ejemplo, en el año 1979 o 1980 hubo que demoler uno de los edificios más importantes, el antiguo asilo de Santa Rosa de Lima, situado en la calle del Marqués (actual centro de salud) y que era, probablemente, el edificio más emblemático de Pinto, si obviamos la Torre de Éboli y la Iglesia Parroquial.

Antes he comentado que Pinto era muy industrial, pero en 1964 sucede el cierre de las dos industrias más importantes del municipio, Adasa con 500/600 trabajadores más los talleres auxiliares que dependían de la misma y la fábrica de chocolate La Colonial con 80/90 empleados entre propios y auxiliares. Cierres que supusieron un duro golpe social y económico para el pueblo.

Por otro lado, las infraestructuras y urbanización del pueblo eran muy básicas o inexistentes: calles sin pavimentar, sin saneamiento y sin red de agua; muy pocas casas tenían agua corriente en el interior, existiendo una serie de fuentes públicas que era el suministro de agua para la mayoría de la población. Al no haber colectores (el arroyo de los prados que atravesaba el parque de El Egido se canalizó en 1966) las aguas sucias se recogían en fosas sépticas o pozos negros.

Por contra, en esa fecha comenzó una actividad industrial que ha marcado una época importante en el empleo y por tanto en la economía de nuestro pueblo: la implantación de Mateu Cromo Cartonajes en una finca propiedad de la familia Mateu Gippini, sita en el l‹m 21 de la carretera de Fuenlabrada, al que siguió la instalación inmediata de Mateu Cromo Artes Gráficas, industria pionera en el sector a nivel mundial, con la creación de más de 600 empleos y que supuso, en parte, la solución del problema creado por el cierre de las empresas anteriormente mencionadas.

Esto se realizó, por la decisión política de las autoridades municipales del momento, sin ningún Ordenamiento Urbanístico, al no existir en ese momento. Por otro lado, se desarrolló el Polígono Industrial de Las Arenas donde se implantaron una serie de industrias que ayudaron a paliar el problema creado con el cierre de Adasa y La Colonial, convirtiéndose posteriormente en uno de los más importantes del municipio.

En esos momentos la administración municipal la formaban el alcalde, con un importante poder, y los concejales. El personal administrativo lo componían el secretario del Ayuntamiento (Florentino Castañeda), un funcionario y el alguacil municipal. También había un arquitecto, un aparejador y un perito industrial, que acudían una mañana a la semana al Ayuntamiento a resolver los asuntos de trámite.

En lo que se refiere al urbanismo, en 1963 el gobierno de la nación crea en Madrid una zona de expansión llamada Área Metropolitana, compuesta por 21 municipios entre los que se encontraba Pinto, único de la zona sur junto con Getafe y Leganés. Para regular y controlar el desarrollo de la mencionada Área Metropolitana, se creó un órgano autónomo dependiente de la administración central, denominado COPLACO (Comisión de Planeamiento del Área Metropolitana de Madrid) que se ocupó primero de la redacción de los primeros planes generales municipales y después de su coordinación.

En aquellos años, muy poca gente sabía lo que era un PGOU, con lo que se empezaron a crear problemas con los propietarios de parcelas que querían hacerse su casa y los pequeños promotores, cuando se les exigió el cumplimento de las ordenanzas del mismo.

Pinto, referente urbanístico del sur de Madrid

Por otro lado, en los nuevos desarrollos deberían realizarse la ordenación pormenorizada, PLANES PARCIALES, con la complejidad que suponía la realización de los mismos —aún nada comparable a las exigencias y tramitaciones de la actualidad— ante la necesidad urgente de viviendas. El crecimiento industrial y económico de los años 70 y la mala calidad de la mayoría de las viviendas del municipio (infraviviendas) hizo necesaria la creación de nuevos desarrollos ante la competencia de otros municipios colindantes (Parla, Fuenlabrada, Valdemoro, etc...), todos fuera del Área Metropolitana, y otros como Getafe y Leganés que, aun estando dentro del Área Metropolitana, no respetaban las exigencias de sus PGOUs, concediéndose licencias de forma inmediata sobre terrenos rústicos.

En Pinto sí se respetaron en general las determinaciones y exigencias del PGOU exceptuando los procedimientos administrativos (Planes Parciales) sustituyéndose éstos por una figura urbanística denominada Ordenación de Volúmenes que no era otra cosa, que como su propio nombre indica, la ordenación de los edificios, viales, zonas verdes y de recreo, definiendo también las alturas de los edificios, número de viviendas y edificabilidad que aprobaba el pleno municipal sin más tramitación.

Por eso Pinto se distinguió de los municipios de su entorno. Ponemos como ejemplo el número máximo de viviendas, que era de 110/120 por hectárea, mientras que en el resto de municipios superaban las 200. Por este sistema se ordenaron los primeros barrios importantes (La Calera, 1968; La Floralia, 1969; La Indiana y Plaza de la Rábida, 1972; Buenos Aires, 1973; y La Cañada, 1974), a la vez que se construían los solares urbanos existentes en el casco.

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La no masificación urbanística de Pinto en aquellos años ha permitido que, posteriormente y con un mayor control del planeamiento, Pinto siga siendo, urbanísticamente hablando, el municipio referente de la zona sur de Madrid.

En los últimos años de la década de los 70 se empezaron a realizar los primeros Planes Parciales del PGOU en vigor, La Estación (Industrial), Los Cisnes y Parque de Pinto (Residenciales), cumpliendo con todos los requisitos exigidos por el mismo.

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El PGOU de 1984

Con la llegada de la democracia y el nacimiento de la Comunidad Autónoma de Madrid, en 1981, desapareció COPLACO, pasando sus funciones a la Comunidad. Se revisó el PGOU, que se aprobó en 1984, siendo Egido la primera en hacer un Plan Parcial de acuerdo con el mismo, el Sector 2 La Cañada Real (los Pitufos), donde se construyeron 200 viviendas unifamiliares, dotando al barrio de las correspondientes zonas verdes, zona comercial y cesiones para equipamientos y que sirvió de modelo para el futuro desarrollo del PGOU.

Posteriormente se adaptó el Plan Parcial de Parque de Pinto al nuevo Plan General y se realizaron conjuntamente el Plan Parcial de los Sectores 3 y 4 (Puerta de Pinto), cumpliendo ambos planes con las exigencias del PGOU, como no podía ser de otra forma.

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En los años 90 el Plan General sufrió alguna revisión que permitió el desarrollo de nuevos sectores, como fueron Parque Europa (1994) y La Tenerla I (2000).

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El PGOU de 2002

A finales de los 90 se inició la revisión del Plan General el cual se aprobó en 2002, creándose un ambicioso desarrollo urbanístico del municipio, PGOU que está actualmente en vigor. De este PGOU se han desarrollado con sus correspondientes ordenaciones pormenorizadas (Planes Parciales), sectores tan importantes como La Tenería II (4.000 viviendas), prácticamente construida en su totalidad y los sectores industriales S1, S2, S4 y S5, actualmente todos urbanizados y con un número muy alto de industrias implantadas.

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El resto de los sectores Industriales, S3, S6, S7 y S10, están desarrollando o modificando la ordenación pormenorizada, adaptándose a las necesidades actuales. En el otro desarrollo importante, S9 Punctum Millenium, está aprobada la sectorización y pendiente de la ordenación pormenorizada.

Se da la circunstancia de que actualmente en Pinto está agotado el suelo residencial, lo que conlleva la necesidad de desarrollar urgentemente el sector de Punctum Millenium, que contempla la construcción  de más de 10.000 viviendas.

Finalmente, decir que en prácticamente todos los desarrollos Egido ha participado de una manera importante, bien presidiendo las Juntas de Compensación o formando parte de ellas. Nos sentimos orgullosos de ello — obviando los errores que hayamos podido cometer, pero creo sinceramente que fueron más los aciertos— por haber colaborado de esta forma al desarrollo de nuestro querido Pinto del que creo que podemos presumir.

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