La historia de Pinto a través de los ojos de Rosario de Acuña y Villanueva
El historiador de Pinto, Mario Coronas, resume la biografía de la ilustre escritora pinteña, clave en el movimiento feminista de la época.
Una de las personalidades más importante que ha tenido Pinto es, sin duda, la ilustre escritora Rosario de Acuña. Además de sus cualidades literarias y periodísticas de primer orden, destacó por su compromiso por la lucha social y por ser pionera en reivindicar la emancipación de la mujer.
Rosario nació en Madrid en 1850, siendo hija única de una distinguida familia. En 1881 ya tenemos constancia de su traslado junto a su marido a Pinto, a la Quinta Villa-Nueva, próxima a la estación de ferrocarril. Aquí aplicaría sus ideas higienistas, teniendo una casa con mucha luz, sin decoración recargada y paredes limpias. La casa disponía de un palomar, un corral con gallinas, un establo con caballos y diversos frutales y plantas de toda clase.
Gracias a su influencia, Pinto llegó a tener la primera Feria y Exposición de ganados en la explanada del Egido de la Fuente en 1882, siendo la primera vez que se registraba este hecho en una población rural.
La muerte de su padre en 1883, al que estaba muy unida, desencadena la metamorfosis de Rosario. Tres meses después finaliza la convivencia matrimonial. En 1884 se produce un hecho “sin precedentes”. Rosario de Acuña se convierte en la primera mujer que sube al Ateneo de Madrid para ofrecer una velada poética.
Ese mismo año se adhiere al Librepensamiento y comienzan sus excursiones a caballo por la geografía española, siendo precursora del turismo. En 1885 se aleja de la religión. Aquel verano realizará por las calles de Pinto una recolecta para los afectados por la grave epidemia del cólera en Murcia.
En 1886 varios vecinos de Pinto siguen los pasos de Rosario de Acuña y se adhieren al Librepensamiento. Rosario ingresa en la Masonería en la Logia de Adopción Constante Alona de Alicante, con el nombre simbólico de Hipatia.
En 1887 escribe el artículo “A las mujeres del siglo XIX”, donde pretende abrir los ojos a “sus hermanas” cuestionando los tradicionales roles de género, donde las mujeres estaban relegadas al espacio doméstico y carecían de plenos derechos civiles y políticos. Acuña afirmaba que “antes de se hijas, esposas y madres, eran criaturas racionales” que lo mismo podían “criar hijos que educar pueblos”. Asociaba las libertades, le regeneración del país y la emancipación de la mujer a la República, y hacía un llamamiento a las mujeres para que defendieran este régimen político.
En 1888 se constituye un Comité Republicano en Pinto gracias a la influencia de Rosario de Acuña. Ese mismo año se celebrará una fiesta del Librepensamiento en su quinta. En 1891 estrena El Padre Juan, donde realiza una crítica a la sociedad católica e intransigente de su época. Fue todo un escándalo y solo se representó una vez, siendo prohibida por el gobierno.
En este momento, debido a unas fiebres infeccionas que se agravan, se trasladará a Madrid. Posteriormente residirá en diferentes localidades de Galicia y Cantabria, donde establecerá diversas granjas. En 1909 se trasladará al Cervigón, en Gijón, donde fallecerá el 5 de mayo de 1923.
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